La vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, que enfrentaba al Botafogo brasileño y el Estudiantes argentino nos dejó una imagen cuanto menos curiosa. Un jugador del Botafogo, enfadado con una decisión arbitral, decide apropiarse de la tarjeta amarilla que el trencilla le había mostrado y amonestar al colegiado ante la incredulidad del resto de jugadores.
fuente: as.com
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