viernes, 5 de noviembre de 2010

Reelegida para el Senado... pese a estar muerta


La demócrata Jenny Oropeza, fallecida el 20 de octubre, logra una cómoda victoria en el distrito 28.
Fiesta de ultratumba. La candidata demócrata Jenny Oropeza, fallecida el pasado 20 de octubre, ha logrado la reelección al Senado por un margen más que cómodo: 58,4% de los votos frente al 35,7% obtenido por su contrincante republicano.

Su muerte se produjo cuando las listas ya estaban cerradas, por lo que resultó imposible sustituirla como candidata al Senado por el distrito 28, que incluye zonas de Long Beach, Los Angeles y South Bay.

Una vez lograda la victoria, los demócratas deberán elegir a la persona que ocupará el puesto de la fallecida.

Oropeza superó un cáncer de hígado en 2004. En 2006 ganó un puesto en el Senado, donde coordinó el comité del presupuesto estatal. En mayo de 2010 un coágulo de sangre en el abdomen obligó a dejar de forma temporal su labor.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Demandan a una niña de 4 años por atropellar a una anciana con su bici



La menor y otro niño de su misma edad estaban andando en bici cuando atropellaron a una anciana de 87 años a la que provocaron una fractura de cadera.
Un juez de Nueva York ha admitido que pueda ser demandada una niña que cuando tenía cuatro años atropelló con su bicicleta a una anciana que sufrió una fractura de cadera, según informa la prensa estadounidense.

El juez Paul Wooten ha señalado que no hay evidencias de que un niño de esa edad no pueda darse cuenta "del peligro de atropellar con su bicicleta a una mujer de avanzada edad".

El suceso se produjo en abril de 2009 cuando Juliet Breitman y Jacob Kohn, que entonces tenían 4 años, estaban jugando con sus bicicletas en la acera supervisados por sus madres, Bana Breitman y Rachel Kohn.

Los niños iniciaron una carrera y atropellaron a Claire Menagh, de 87 años, que sufrió "graves lesiones", incluida una fractura de cadera, y falleció tres meses más tarde aunque por causas no relacionadas con la caída.

El juez considera que "la presencia de un padre no da carta blanca para que el niño tenga un comportamiento peligroso como correr por la calle".